El edificio ubicado en la calle Aragón delante de la Fundación Antoni Tàpies, renueva su vestíbulo para recibir a sus visitantes con una pequeña muestra de diseño, estilo clásico y elegancia.
Aunque el espacio es reducido, todos sus detalles hablan de la artesanía en sus técnicas y la nobleza de sus materiales.
El mármol de Carrara es el protagonista de este hall, como pavimento, detalles en paredes y como pieza principal el mostrador, un gran bloque pétreo compuesto por piezas de mármol que encajan dentro de un complejo marco metálico.
Una de las paredes se ha panelado con madera de nogal que aporta calidez al espacio.
Al tratarse de un vestíbulo estrecho se ha optado por revestir de espejo uno de sus lados, consiguiendo así una sensación de mayor amplitud y luminosidad.