El segundo establecimiento para La Forneria disfruta de una maravillosa entrada de luz natural a lo largo de toda su fachada longitudinal.
El interiorismo mantiene los mismos valores que el anterior proyecto, tradición y un producto de calidad siguen siendo los puntos destacados.
La madera de roble en tonos tostados y los panelados en espiga carbón, aportan al espacio una sensación de calidez y valor por la artesanía. También lo hacen las lámparas de arcilla realizadas expresamente para la barra de la cafetería, y los paneles para la exposición del pan en la zona de tienda junto a la entrada, que se realizaron de forma manual con ratán trenzado.
Para esta ocasión se ha querido destacar en color teja la zona de sofás al fondo del local, que contrastan con los paneles de madera negra tras ellos recordándonos el espíritu de cercanía y tradición a la vez.